Si alguna vez te has preguntado como cagan los astronautas en el espacio, aquí tienes la solución. No sé si has probado alguna vez a hacerlo en gravedad cero. O si te lo has imaginado. Imagína hacerlo sin agua y sin gravedad. Y es que si no tienes un inodoro como los que desarrolla la NASA, debe ser un desastre.
La agencia espacial americana ha lanzado, por primera vez, el Universal Waste Management System (UWMS). Es decir, un nuevo inodoro mucho más eficiente (un 65% más pequeño y un 40% más ligero) y más cómodo para las mujeres astronautas que sus anteriores versiones. Concretamente, este nuevo sistema pesa 45 kg y y mide 71 cm.

Por cierto, el desarrollo y fabricación del nuevo sistema ha costado 23 millones de dólares, y pretenden que sea el inodoro que llevarán las próximas misiones espaciales a la luna, así que sigue leyendo si quieres saber cómo funciona.
Una de las características de esta nueva máquina es que preprocesa la orina mucho mejor que dispositivos más antiguos. Y esto es muy importante, porque debemos tener en cuenta que los astronautas beben tanto su propia orina como el sudor. Esto, para misiones que puedan durar 2 años, es muy importante, pues si no sería imposible cargar la nave con suficiente agua para tanto tiempo.

¿Cómo funcionan los inodoros espaciales?
Esta nueva máquina, así como sus versiones anteriores, tienen un sistema de succión que recoge la orina o… lo otro, y lo introducen dentro de sus recipientes para su posterior tratamiento. Si no existiera esto, podrían estar volando sólidos (o líquidos) indeseables por toda la nave.
Una ventaja de esta actualización es que el sistema de aspiración comienza a trabajar con solo levantar la tapa, lo que agradecerán los astronautas, sobre todo con la consiguiente reducción de olores.
Un aspecto fundamental de cualquier dispositivo que vaya en una nave especial es que deben tener bajo mantenimiento. Es la propia tripulación la que tiene que reparar cualquier avería en la nave, así que cuanto menos tiempo pasen arreglando algo, más tiempo se lo puede dedicar a la misión.
Un inodoro más cómodo con las astronautas
Para orinar, existe una manguera con un sistema de succión que sirve tanto para los hombres, como para las mujeres. Sin embargo, esta embocadura no ha sido siempre tan cómoda para las mujeres, así que la han mejorado en esta nueva versión. Una de las principales razones es que, con la embocadura anterior, era imposible para las mujeres hacer ambas cosas a la vez. En inglés le llaman ‘dual ops’, es decir, estar haciendo las dos operaciones a la vez. En español, no sé si sería ‘hacer un doblete’ o algo parecido.

Básicamente, esto lo han conseguido inclinando un poco más el asiento, haciéndolo un poco más alto, y mejorando la embocadura, como ya hemos dicho. Con esto, aparte de hacerlo más cómodo, quieren evitar cualquier posible fuga que pudiera formar un lío en la nave.
Impresión 3D
Estas mejoras han sido posibles gracias a una técnica especial de impresión 3D para fabricar partes del sistema con metales como Incotel, Elgiloy y titanio. Estos metales son suficientemente resistentes como para no verse afectados por la corrosión en el sistema de tratamiento de orina, puesto que esta es una solución muy ácida.
Y es que solo existen unos metales determinados que puedan ser usados en estas condiciones, y todos suelen ser muy pesados, por eso la NASA ha tenido que desarrollar este sistema especial de impresión 3D.
Un gran avance para el hombre (y para la mujer)
Por lo menos para los y las astronautas. Si nos remontamos a los primeros sistemas, como el que se usaron en las misiones Apolo, veremos que estos eran mucho más rudimentarios y traían muchísimos problemas. Para defecar, era básicamente una bolsa de plástico que tenían que cerrar con cuidado después de terminar de hacer sus necesidades.

El funcionamiento, explicado de manera muy rápida, era el siguiente: con la ayuda de una especie de dedal desechable (para no mancharte, claro), se colocaba la bolsa en posición. Este dedal era importante porque no siempre se puede hacer un «perfect», así que había que ayudar a que «eso» se separara. De esa manera, se ayudaban de él para cortar el «hilo conductor».
Seguidamente, se separaba la bolsa y se limpiaban con papel, el cual luego era desechado también a la bolsa fecal. Entonces, le añadían el líquido germicida que estaba en otra bolsita, sellando ahora sí la bolsa. Retorcían la bolsa para que se mezclara bien el germicida con la material fecal, se hacía un ovillo para que ocupase lo mínimo posible, y se metía en el compartimento de residuos.
Además, como todo esto era un engorro (nunca mejor dicho), solían tomar pastillas para reducir la actividad intestinal y tener que pasar lo mínimo posible por este trance.
Lanzamiento y prueba
La primera fabricación la han cargado en un nuevo cohete que ha sido lanzado estos días y que se acoplará a la Estación Espacial Internacional. Allí instalarán el nuevo inodoro junto a uno de los ya existentes, y probarán durante los siguiente tres meses que todo funcione correctamente.

Esperemos que las pruebas sean satisfactorias. Quién sabe si nosotros tendremos que aprender también a usar estos dispositivos próximamente. Por lo menos me alegra no tener que usar ese dedal.
Puedes leer más, puedes acceder a los siguientes enlaces:
Para leer sobre el Waste Management System antiguo: https://history.nasa.gov/SP-368/s6ch2.htm#473
Noticia del nuevo urinario: https://www.nasa.gov/feature/boldly-go-nasa-s-new-space-toilet-offers-more-comfort-improved-efficiency-for-deep-space
Lanzamiento de la nave: https://www.nasa.gov/press-release/nasa-science-cargo-heads-to-space-station-on-northrop-grumman-resupply-mission