Sólo hay que hacer una búsqueda rápida en internet para encontrar cientos de páginas explicando las técnicas de lectura rápida para poder aumentar tu ritmo de 200/250 palabras por minuto (la velocidad promedio de un lector habitual) a 400/700 palabras por minuto.
Argumentan, por ejemplo, que el ex presidente Kennedy era capaz de leer 1.200 palabras por minuto. O que la campeona del mundo de lectura rápida, Anne Jones, fue capaz de leer un libro de Harry Potter en 47 minutos. Toda una proeza teniendo en cuenta que es un libro de 607 páginas, y que supuso alcanzar la velocidad de 4251 palabras por minuto.
Dicen que, si quieres alcanzar estos números, puedes apuntarte en un curso o seguir los consejos de los gurús de la lectura rápida en internet. Siguiendo los métodos de Lectura Ágil, tu ritmo de lectura podrá alcanzar las 1000 palabras por minuto. En su blog, detallan los fallos que suele cometer un lector regular y que le impiden alcanzar la velocidad de estos campeones de la lectura. En él podrás encontrar las siguientes recomendaciones:
- Amplía tu campo de visión. Con esto podrás asimilar más información con un sólo movimiento del ojo.
- No detenerse en cada una de las palabras durante la lectura. No es necesario, pues nuestro cerebro rellenará esa información faltante.
- No pronuncies mentalmente los sonidos. De esta manera pierdes tiempo que te hace ser más lento.
- Establece objetivos antes de iniciar la lectura. Así te podrás enfrentar de manera más eficiente a un texto. Dicen que teniendo clara la información que deseas sacar del texto, es mucho más fácil abordarlo.
- No practiques la regresión durante tu lectura. Habitualmente, tendemos a releer palabras o parte del texto porque creemos que no lo hemos asimilado bien. Existen aplicaciones que te muestran el texto en porciones a una determinada velocidad.
Una de las técnicas muy recomendadas también para mejorar tu velocidad es la lectura en diagonal. Donde no leerías palabra por palabra, sino que harías una barrida rápida saltando de párrafo en párrafo, asimilando más rápidamente el contenido.
Puedes seguir todos estos trucos, consejos y técnicas, pero déjame decirte que, lamentablemente, un estudio publicado en la Psychological Science in the Public Interest, ha concluido que esos números no solo son muy complicados de alcanzar por el ser humano, sino que son imposibles sin una pérdida notable de la comprensión lectora. Las razones científicas a las que llega el estudio son las siguientes:
- El campo de visión del ojo humano es limitado. A pesar de que todas estas técnicas te comentan que puedes usar tu visión periférica para abarcar más información, esto es psicológicamente y biológicamente imposible. La explicación es que la mayor agudeza visual se formaría en la fóvea, una parte del ojo situada en la retina. Fuera de este limitante físico, la agudeza visual disminuiría considerablemente.

- El movimiento ocular sacádico es un proceso cognitivo mediante el cual nuestro sistema decide, durante la lectura, el tiempo suficiente para asimilar la información que estamos leyendo. Dicho esto, no podemos predeterminar nuestra velocidad de lectura antes de comenzar a leer.
- La fonología en la lectura silenciosa es un proceso fundamental a la hora de comprender lo que se lee. Así, trasladar mentalmente la información visual a los sonidos en nuestra mente ayuda enormemente a la comprensión, al contrario de lo que claman estos métodos.
- Puedes tener una idea del contenido del texto que vas a leer, pero no podrás conocerlo al completo (a no ser que ya lo hayas leído). Si estableces unos objetivos antes de comenzar una lectura, lo más probable es que entiendas lo que tú quieras entender, y no lo que el autor haya querido plasmar en el texto.
- La regresión es necesaria. Nuestro sistema tiende a releer algunas partes del texto como un método de corrección por falta de comprensión. Si evitamos esto, al final del texto tendremos algunas lagunas que no habremos podido corregir en la lectura.

La información que nos aportan estos sistemas o estos gurús está sesgada, con ánimos de vender milagrosos métodos en los que gracias a la lectura rápida, te convertirás en un ser superior inteligente, mucho más atractivo o atractiva y con el que podrás leer y aprender toda la información que quieras en apenas una semana o un mes.
Entonces, ¿es posible mejorar tu velocidad de lectura? Sí. Pero no a las velocidades que estos métodos anuncian. Mediante la mera práctica de la lectura (lee mucho), la asimilación de vocabulario (el conocimiento de las palabras disminuye la tasa de regresión) y la lectura ordenada (ayúdate de tu dedo o de un lápiz), es posible. Pero no puedes esperar leer 1000 palabras en un minuto y asimilar todo lo que has leído. Tu comprensión lectora se verá mermada, y lo único que habrás hecho es pasar tu vista por el texto, sin apenas comprender lo que has leído.
Aún así, reconozco que algunas de estas técnicas son buenas según qué textos. Si lo único que necesitas es tener una idea general, no hace falta que te leas un texto completo. Puedes saltarte párrafos y, una vez concluido el texto, releer los que te parecen más interesantes con la idea de extraer la información.
Lo mismo ocurre con algunos libros. Reconozco que leo muchos asociados con un tema en concreto que pueden llegar a ser muy repetitivos en sus ideas, por lo que puedes optar por hacer una lectura rápida, asimilar unas ideas principales, y profundizar posteriormente en algunas en concreto. De esta manera podrás abarcar una mayor cantidad de libros, pero siempre teniendo en cuenta que quizás te hayas saltado la comprensión de algunas ideas.
En conclusión, no debemos olvidar que principalmente leemos por dos motivos. Por un lado, el placer por leer. Relájate, tómate tu tiempo y disfruta de la lectura. El segundo motivo es el de obtener nueva información, por lo que deberás centrarte en, precisamente, asimilarla, y no en leer lo más rápido posible. Parece que, últimamente, queremos hacerlo todo lo más rápido posible. Como si nuestra vida dependiera de ello.