La obsolescencia programada es la planificación de la vida útil de un determinado producto. Cambiamos de dispositivos cada cierto tiempo porque se nos quedan obsoletos, y vemos normal que un smartphone, por ejemplo, se renueve cada año aproximadamente. Pero esto es a veces fruto simplemente de los avances tecnológicos, que corren a una velocidad tan vertiginosa, que en el momento del lanzamiento de un determinado producto tienen una versión superior ya en pruebas.
La solución a este problema pasa por un diseño eficiente y responsable de los productos. Es lo que ha hecho David Hakkens, su creador, con Phoneblocks. Sus creadores consideraban que tirar un dispositivo electrónico a la basura por un fallo en algunas de sus características es innecesario. Así que han desarrollado un proyecto de smartphone modular, a base de bloques desmontables, pudiendo actualizar simplemente las características que sean necesarias, o intercambiarlas para hacer énfasis en algún aspecto, como el de conseguir una cámara mejor. Los bloques se comunican a través de los pines que se insertan en la placa, como una placa base electrónica.
Por ahora es sólo un proyecto. La idea es muy buena. Cambiar sólo aquellas características que necesitemos, o simplemente que se averíen, manteniendo siempre la misma base, y por consiguiente generando menos cantidad de residuos. Pero habrá que comprobar si el proyecto es factible y si es posible su fabricación rentable en cadena.
Quizás estemos cerca del final de la obsolescencia programada, y en un futuro recordaremos con nostalgia las veces que hemos tenido que tirar un dispositivo porque ya no se fabricaban piezas de repuesto y se nos había quedado obsoleto.