El uso de la información en Internet

Cada día se suben a internet ingentes cantidades de vídeos a Youtube, de imágenes en Flickr u otro portal de fotografías y se realizan millones de comentarios en Facebook, además de los clicks en los Me Gusta. Compramos en Amazon, eBay, a través de Paypal… ¿Has pensado en la cantidad de información que se genera diariamente en internet?

Mucha de esta información es privada. Esa que solo conocen tus más allegados. Pero lo cierto es que casi todos estos sitios de internet te conocen mejor que tus propios amigos.

De cuando en cuando surge alguna noticia sobre el uso cuestionable de esta información. Recientemente con un error de Facebook, o con un fallo que emite la justicia europea sobre Google y la información que se puede encontrar en su buscador. Entonces, ¿a quién pertenece esta información?

Lo cierto es que desde que la compartes, ya no te pertenece. La proliferación en los últimos años de las redes sociales nos han hecho creer que son nuestras amigas. Y sí, pueden ser nuestras amigas, pero también nuestras mayores enemigas. Al fin y al cabo, tú eres el que decide qué información compartir. Sexo, edad, dónde vivimos, a dónde nos gustaría ir, cuales son nuestros sueños, la comida que nos gusta, la ropa que compramos, la música que escuchamos, películas y libros que vemos y leemos, etc.

No obstante, todo este acceso a la información no es malo. Vale, a veces suena a conspiración, como cuando realizas una búsqueda en Google sobre algún producto y al día siguiente en las ofertas personalizadas te ofrecen dicho producto sin tú haber mediado. Esto último es gracias al uso de las cookies, las cuales están atravesando por una regulación.

Toda esta información de la que hemos hablado, generalmente se encuentra desestructurada, es decir, sin un orden claro para poder realizar consultas. Ahí es donde entra en juego el Big Data. Imagínense subirse a un avión y que les ofrezcan poder ver el último concierto de su banda favorita, impresiona eh. O acudir a un hotel y sin tener que llamarle para preguntarle, encontrar el mini bar con tus bebidas favoritas. Estas son algunas de las aplicaciones que podría tener la compartición de vuestra información. Es lo que se lleva años haciendo, con programas de fidelización o con tarjetas de clientes premium, pero a gran escala, procesando una cantidad de datos que sería imposible para una empresa, y ofreciendo unos servicios personalizados que de otro modo sería imposible ofrecer.

Dejando de lado la atención al cliente de las empresas, el big data podría utilizarse para realizar predicciones de tráfico en tiempo real, ahorrándote atascos inesperados, o incluso adaptar las señales de tráfico mediante del machine learning para aliviar ciertas zonas con excesivo tráfico en un momento determinado, para la optimización de motores y en definitiva, para todos aquellos campos donde sea habitual el uso de una gran cantidad de datos.

La información y su uso es un campo que requerirá muchas reflexiones y quizás mayores legislaciones, pero en el que muchas empresas ya están realizando grandes esfuerzos. Podemos escoger qué tipo de información queremos compartir, pero hay otra que es imposible de ocultar. El quid de la cuestión es el uso que se haga de ella. Y en esto, parece que las grandes empresas son las que tienen la última palabra, pero los usuarios tendremos también algo que decir.


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